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miércoles, octubre 1

Burogracia

Gracias señor de la puerta de :inserte nombre de edificio burocrático aquí: por hacer su trabajo con amor!

miércoles, septiembre 24

Barcos

Estos días navegue un poco mas de la costumbre y di con cosas que me... Sorprendieron?

Que tal cuando uno era chico y al jugar se inventaba reglas en el juego, se ponía roles, los cumplía, se comprometía con eso que estaba pasa pasando?

Y que tal si ahora, este ahora, sea también un juego, mas multitudinario, plural?

Los roles no son perpetuos, uno puede querer cambiar, las rayitapuntitorayitapuntito pueden transformarse, incluso borrarse y pueden ser sopladas por un viento fuerte.

Hay muchos peces en el mar.
Y mucho agua en el océano.

sábado, enero 25

Fiium paf!

Siguen en pie las mareas!
Y sin mucha duda: de cabeza a la tierra.

lunes, julio 15

Frente al Lago Titicaca...

... (o Titikaka) y a otros lagos sin agua.

I

Se me cae el alma con los pies para arriba, en constante vaiven. Seguro el paso, lento, en el aire, carcomiendo caracolas infinitas en ruedos de polleras que saben mostrar lo que esconden.
Las risas vuelan, suben y cosquillas aparecen en las plantas, verdes, llenas de lineas. Coloreadas de tanto respirar 
selva.
Busco y la razon me lleva, agitada, detras de tantas cosas poco ciertas. Se encapricha la realidad, porque el humo cae en el ritmo de esos pies que siguen tocando el aire. Se crespa la piel al roce de las luces, tantas y tan en los ojos suyos. Se crispa y flota de pasiones cansadas de rimar.
Aprender a describir los murmullos confundidos, los gemidos acallados con las manos propias, saber cuando es cuando y cuando los ultimos escalofrios devuelven el alma al cuerpo y los pies, y las plantas, y la selva, y el indefinido vapor de los cuerpos que descansa en las paredes. 

II

Mueren lento, caen, se descubren inquietas. Se saben los tenores de la voz, recaen pesadas en el suelo. Sobreviven a la lujuria de los golpes de luz en los ojos. Dicen todos que hay mas de ellos en el aire que en las pelusas desprendidas de las sabanas. Los pies sucios se comparten y se rebelan en las paredes blancas.
Humedos los huesos, humedas las ropas, se sienten. Habiles recorren pasillos, moviendo aires estancados. Superponen las ternuras, no hay tiempos.
III

Lejos el crujir de la tierra los hacia callar, y esperaban tremulos la señal de la caida, el pisar apurado de las lineas en los mapas, los vuelos interminables de las golondrinas. Esperaban el fin de la huelga de los grillos. El viento calmaba la prisa y aguantaban la respiracion para reirse de los gestos y llorar de verguenza al verse los huesos tan encarnados en las pieles del otro. Conocian los detalles de los cuerpos latientes sin alejarse de la cercania.
La tierra vibraba con ellos y brotaba para no delatarlos. Remotos, los murmullos, se perdian en los enojos del encierro y las horas seguian pasando.
Vueltos los ojos a los finales, esperando los caprichos no cumplidos.

.

lunes, noviembre 26

Noseando seas no se.

Cuando volves, Majo? No se.
Pero... Cuanto pensas que vas a estar viajando? No... No se.
Y a donde vas? Y... Seguro seguro no se.
Y tus viejos? Tus amigos? Tu muchacho? ... no se

Dejar abiertos los canales.
El no saber es una decision importante, no un descuido.

jueves, marzo 1

Chan! Plaf, pluf.

"Pese a lo que han estado sometidos, los negros son una gente bastante agradable en general. Yo habia tenido poca relacion con ellos, en realidad, pues solo me relaciono con mis iguales, y como no tengo iguales, no me relaciono con nadie."

Voz de Ignatius, "La conjura de los necios"
J. K. Toole

Patetico Ignatus, pero increible. Increible a cada hoja.

martes, febrero 14

Conclusiones.

Hoy me desperte y pense que las cosas no tienen por que ser perfectas.

(Lo que es de-crecer, no?)

martes, enero 31

ABC-dinanza.

Desde siempre le pareció aburrido estar ahí, quieta y expectante. En el lugar que estaba no se podía nada, todo parecía -o podría parecer- ofensivo.
Bajó despacio los brazos, se resignó y con la poca suavidad que le quedaba, a la altura del recién comenzado día, le puso doscucharadas de azúcar a su café. Lo pensó mejor y echó dos más. Sabía que hoy no tendría paciencia con la misma seguridad que reconocía no tenerla mañana, ni soñarla ayer.
Para las otras era más fácil, no estaban expuestas ni eran tan reclamadas al momento de enumerar -enletrar.
En el fondo, los ruidos pretendían ser marcas en la pared. Las altas, las gordas, las cabezonas y las panzonas, las que tenían los pies para un lado y la cabeza para el otro, las que serpenteaban y siseaban. Medias lunas y lunas completas. Nunca faltaba una, y ya era costumbre saber que tampoco se iban de allí. No existía la necesidad de volver a ningún lado más.
Ella, a veces, se creía necesaria. Más que todas, encabezaba la lista y el ritmo no sería posible sin su presencia. O sí, lo sería, pero diferente. Y de las diferencias no se hablaba. Ella no quería más cambios en nada, en todo sí, eso le parecia más adecuado.
Cambió la postura, debía ser innovadora, como al comienzo y, quizá, podríairse. No sola, nunca irse sola. Nadie se iba sin llevarse al menos un poco de historia -siempre sobra. Pero irse tampoco estaba ensus planes, ya otras lo habían hecho, o al menos intentado. Las gemelas -largas y flacas-, el matrimonio porteño del che, y seguramente el nono convertido en ñoño con palitos lo haría pronto.
La jornada que terminaba volvía a empezar y ella volvió -como siempre, leitmotivamente-, a pensarlo mejor. Estar ahí no era tan malo ni tan emocionante, pero estaba primera, y para ella no había otra satisfacción mayor que ver como los nenes -en su casa, o vestidos de cuadrillé- la reconocían y aprendían a escribirla in provocarle ansiedad. No... La conformidad no sabía tratarla.
Se puso un sombrero y descansó sobre un árbol. Terminó su café, ya frío, y se animó pensando que, al menos, ya no era siempre la siamesa de la e.

22.05.09

jueves, enero 19

La moda de luchar contra la sopa.

...Ella no hubiera permitido que él le tocara ni la yema de los dedos antes de la bendición episcopal, pero tampoco él lo había intentado. Fue en la primera noche de buena mar, ya en la cama pero todavía vestidos, cuando él inició las primeras caricias, y lo hizo con tanto cuidado, que a ella le pareció natural la sugerencia de que se pusiera la camisa de dormir. Fue a cambiarse en el baño, pero antes apagó las luces del camarote, y cuando salió con el camisón embutió trapos en la rendija de la puerta, para volver a la cama en la oscuridad absoluta. Mientras lo hacía, dijo de buen humor: "Que quieres doctor, es la primera vez que duermo con un desconocido"

El doctor Juvenal Urbino la sintió deslizarse junto a él como un animalito azorado, tratando de quedar lo más lejos posible en una litera donde era dificil estar dos sin tocarse. Le cogió la mano, fría y crispada de terror, le entrelazó los dedos, y casi con un susurro empezó a contarle sus recuerdos de otros viajes de mar. Ella estaba tensa otra vez, porque al volver a la cama se dio cuenta de que él se había desnudado por completo mientras ella estaba en el baño, y esto le revivió el terror del paso siguiente. Pero el paso siguiente demoró varias horas, pues el doctor Urbino siguió hablando muy despacio, mientras se iba apoderando milímetro a milímetro de la confianza de su cuerpo. Le habló de París, del amor en París, de los enamorados de Paris que se besaban en la calle, en el ómnibus, en las terrazas floridas de los cafés abiertos al aliento de fuego y los acordeones lánguidos del verano, y hacían el amor de pie en los muelles del Sena sin que nadie los molestara. Mientras hablaba en las sombras, le acarició la curva del cuello con la yema de los dedos, le acarició las pelusas de seda de los brazos, el vientre evasivo, y cuando sintió que la tensión había cedido hizo un primer intento por levantarle el camisón de dormir, pero ella se lo impidió con un impulso típico de su caracter. Dijo "Yo lo sé hacer sola". Se lo quitó, en efecto, y luego se quedó tan inmóvil, que el doctor Urbino hubiera creido que ya no estaba ahí, de no haber sido por la resolana de su cerpo en ls tinieblas.

Al cabo de un rato volvió agarrarle la mano, y entonces la sintió tibia y suelta, pero húmeda todavía de un rocío tierno. Permanecieron otro rato callados e inmóviles, él acechando la ocasión para el paso siguiente, y ella esperándolo sin saber por dónde, mientras la oscuridad iba ensanchándose con su respiración cada vez más intensa. El la soltó de pronto y dio el salto en el vacío: se humedeció en la lengua la yema del cordial y le tocó apenas el pezón desprevenido y ella sintió una descarga de muerte, como si le hubiera tocado un nervio vivo. Se alegró de estar a oscuras para que él no le viera el rubor abrasante que la estremeció hasta las raíces del cráneo. "Calma -le dijo él, muy calmado-. No se te olvide que las conozco". La sintió sonreir y su voz fue dulce y nueva en las tinieblas. "Lo recuerdo muy bien, dijo, y todavía no se me pasa la rabia"

Entronces él supo que habían doblado el cabo de la buena esperanza, y le volvió a coger la mano grande y mullida y se la cubrió de besitos huérfanos...Ella no supo cómo fue que su mano llegó hasta el pecho de él, y tropezó con algo que no pudo descifrar. El le dijo "es un escapulario". Ella le acarició los vellos del pecho, y luego agarró el matorral completo con los cinco dedos para arrancarlo de raíz. "Más fuerte" dijo él. Ella lo intentó, hasta donde sabía que no lo lastimaba, y después fue su mano la que buscó la mano de él perdida en las tinieblas. Pero él ni se dejó entrelazar los dedos, sino que la agarró por la muñeca y le fue llevando la mano a lo largo de su cuerpo con una fuerza invisible pero muy bien dirigida, hasta que ella sintió el soplo ardiente de un animal en carne viva, sin forma corporal pero ansioso y enarbolado. Al contrario de lo que él imaginó, incluso al contrario de lo que ella misma hubiera imaginado, no retiró la mano, ni la dejó inerte donde él la puso, sino que se encomendó en cuerpo y alma a la Santísma Virgen, apretó los dientes por miedo de reirse de su propia locura, y empezó a identificar con el tacto al enemigo encabritado, conciendo su tamaño, la fuerza de su vástago, la extensión de sus alas, asustada de su determinación, pero compadecida de su soledad, haciéndolo suyo con una curiosidad minuciosa que alguien menos experto que su esposo hubiera confundido con las caricias. el apeló a sus últimas fuerzas para resistir el vértigo del escrutinio mortal, hasta que ella lo solto con una gracias infantil como si lo hubiera tirado en la basura. Nunca he podido entender cómo es ese aparato, dijo.

Entonces él se lo explicó en serio con su método magistral, mientras le llevaba la mano por los eitios que mencionaba y ella se la dejaba llevar con obediencia de alumna ejemplar. El sugirió en un momento propicio que todo aquello era más fácil con la luz encendida. Iba a encenderla, pero ella le detuvo el brazo, diciendo "Yo veo mejor con las manos". En realidad quería encender la luz, pero quería hacerlo ella sin que nadie se lo ordenada, y así fue. El la vio entonces en posición fetal, y además cubierta por la sábana bajo la claridad repentina. Pero la vio agarrar otra vez sin remilgos el animal de su curiosidad, lo volteó al derecho y al revés, lo observó con tal interés que ya empezaba a parecer más que un científico, y dijo en conclusión "Cómo será de feo, que es más feo que lo de las mujeres". El estuvo de acuerdo y señaló otros inconvenientes más graves que la fealdad. Dijo: "Es como el hijo mayor, que uno se pasa la vida trabajando para él, sacrificándolo todo por él, y a la hora de la verdad termina haciendo lo que le da la gana"....

...Ella se rió divertida de un modo tan natural, que él aprovechó la ocasión para abrazarla y le dio el primer beso en la boca. Ella le correspondió y él siguió dándole besos muy suaves en las mejilas, en la nariz, en los párpados, mientras deslizaba la mano por debajo de la sábana, y le acarició el pubis redondo y lacio, un pubis de japonesa. Ella no le apartó la mano, pero mantuvo la suya en estado de alerta, por si él avanzaba un paso más. No vamos a seguir con la clase de medicina, dijo. No, dijo él, ésta va a ser de amor.

Entonces le quitó la sábana de encima y ella no sólo no se opuso, sino que la mandó lejos de la litera con un golpe rápido de los pies, porque ya no soportaba el calor. Su cuerpo era ondulante y elástico, mucho más serio de lo que parecía vestida, y con un olor propio de animal de monte que permitía distinguirla entre todas las mujeres del mundo. Indefensa a plena luz, un golpe de sangre hirviendo se le subió a la cara, y lo único que se le ocurrió para disimularlo fue colgarse del cuello de su hombre, y besarlo a fondo, muy fuerte, hasta que se gastaron en el beso todo el aire de respirar.

El era conciente de que no la amaba....pero mientras ella lo besaba por primera vez estaba seguro de que no habría nuingún obstáculo para inventar un buen amor. No lo hablron esa primera noche en la que hablaron de todo hasta el amanecer, ni habrían de hablarlo nunca. Pero, a la larga, ninguno de los dos se equivocó.

Al amanecer, cuando se durmieron, ella seguía siendo virgen, pero no habría de serlo por mucho tiempo. La noche siguiente, en efecto, después que él le enseñó a bailar los valses de Viena bajo el cielo sideral del Caribe, él tuvo que ir al baño después que ella, y cuando regresó al camarote la encontró esperándolo desnuda en la cama. Entonces fue ella quien tomó la iniciativa, y se le entregó sin miedo, sin dolor, con la alegría de una aventura de alta mar, y sin más vestigio de ceremonia sangrienta que la rosa del honor en la sábana. Ambos lo hicieron bien, casi como un milagro y siguieron haciéndolo bien de noche y de día y cada vez mejor en el resto del viaje, y cuando llegaron a La Rochelle se entendían como amantes antiguos.


Fragmento - "El Amor en los Tiempos del Colera"

Gabriel Garcia Marquez


sábado, diciembre 10

Viste?



Y me dice...

(La imagen que puso Iutú promete un buen video, pero no)

lunes, diciembre 5

Ajá

Digamos que si.

sábado, diciembre 3

-Ca-tar-sis-

Y es cuando digo muchas cosas y me fijo que pasaron tantas otras!


Pfff, el tiempo corre y nosotros trotamos detras.


(Me parece que manana va a ser un buen dia, sin enies)

lunes, octubre 17

Ranqueles filosoficos.

Y sin embargo todo es cierto.
Los abismos entre el mundo real y el mundo imaginario no son tan profundos.
La visision puede convertirse en una amable o en una espantosa realidad.
Las ideas son precursoras de los hechos.
Hay mas posibilidades de que lo que yo pienso sea, que seguridad de que un acontecimiento cualquiera se repita.
Las viejas escuelas filosoficas discurrian al reves.
El pasado no prueba nada. puede servir de ejemplo, de enseñanza no.
Pero me echo por esos trigales de la pedanteria y temo perderme en ellos.

Mansilla narrador en "Una excursion a los indios ranqueles" escrito por Mansilla escritor.

jueves, septiembre 29

Confesiones trapiferas.

Me cae mejor la idea de ser ama de casa para mi sola.

lunes, septiembre 26

Parcial.

Donde el culo tiene una relacion discursiva directa con la teta.
No seas europeo, no pongas una frontera impermeable.