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viernes, diciembre 11

Canela en la nieve.

A veces me pongo mas chiquita de lo que soy.
Se me comprimen los huesos, los ojos se achinan. La boca se como sola, la nariz deja de oler.
El pelo se vuelve pelusa, los dedos de los pies asemejan arvejitas color piel.

Y todo por segundos donde me siento asi, chiquita.
Pero cuando me despierta la locura, cuando me despierta el enojo -los chiquitos tambien nos enojamos-, los muslos se me llenan de venas, la clavicula pone cara de mala y las palmas de las manos se agrietan.

De mas esta decir lo facil que es hacerme derramar sal -mira que metafora barata meti-.
Es tan facil como hacerme reir, o como amanecer.

Pero quiero, y se que quiero.
No me jueguen a las dudas malvadas.
Que llueva, pero sin truenos.
Y que no sea tan insalubre la comparacion.

Y cuando vuelves hay fiesta
en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio
el pan de cada día.

(8)(8) Sabina, Sabina (L)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Escaparle a la tristeza como si fuera un cáncer. Huir hacia donde no duela y mirar. O sólo correr en círculos y que el viento se condense y parezca mucho.


En fin, todo pasa y todo queda.

Si te hace sentir mejor, abajo tengo para verificar palabra: hetical.